revueltos con el heno de las bestias.
Locos por la fama y la vuelta al ruedo,
dedos y anillos mascullando furias
con el sello de otros labios
en la nuca ajena.
Mascar tabaco
al calcular la altura
de los negros átomos,
sin perder, distracción absurda,
el enjambre de giros con la mano
que cual Norte helado nos conmina.
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